Es claro que el movimiento nos crea transformaciones que se manifiestan en éste plano, pueden ser espirituales, físicas e incluso entrega de libertades. Me refiero al movimiento que uno hace con su vida, en lo que le pones o sacas vitalidad.
El ver a las personas que se atraen por los movimientos de otra es algo genial, es como si la vida fuera un baile... por ejemplo:
Imaginemos un empresario gordo y feo físicamente tiene una mujer hermosa y escultural como esposa, y se aman, por qué ocurriría esto?...
Más allá de los trasfondos que uno pueda tener, uno se enamora no sólo de lo presente en el físico de la persona (obvio), seguramente ella lo ama por que gracias a él puede obtener libertades y se siente segura, ya que los movimientos que él aplica dentro de su baile de la vida destaca uno en particular el cual es generar riqueza a través de negocios aplicando su intelecto e instinto en ellos (a pesar de no moverse y ser un gordo poco agraciado físicamente, igual está en movimiento), lo que se traduce en una cualidad dentro de otras en su baile se seducción. En cambio ella se mueve dentro del plano físico practicando deportes o yendo al gimnasio para cultivar su cuerpo y así mantenerse bella, éste sería el baile de esta mujer (que quiero rescatar en el ejemplo) para seducir y atraer a su esposo.
Todos estamos en un gran baile de estrellas, y cada uno es el dueño de sus pasos pudiendo sentirse atraído o no por algunas distintas pistas de baile o escenarios para mostrar sus movimientos. Si no te estás moviendo donde te gusta, es muy difícil que atraigas a la persona que se cautiva con tus movimientos naturales... Lo digo por experiencia propia.
Nunca más hay que dejarse manejar por la sociedad cuando te ven bailando bien con alguien, pues a la larga uno se cansa y se aburre de realizar pasos que no te gustan para agradar a la persona con la que bailas... y eso causa un desgaste personal en cuanto a la energía que te queda para cuando la música acabe.
Cuando la música (o la vida) acabe, tienes que sentirte orgulloso de lo bien que lo pasaste y deberías tener ganas de seguir bailando, sino escucha otros ritmos hasta sentirte cómodo. Sólo así amarás bailar y la música hasta el final. Sin ataduras ni complicaciones.
A veces uno debe ver más allá y arriesgarse, pues (como leí por ahí) no hay que tener miedo a dejar lo bueno por lo mejor.
Su ánimo.
Cariños,
PITCHER.
