miércoles, 17 de julio de 2019

Luego de

Después de casi 6 meses sin tocar en vivo y casi 5 sin ensayar mi estabilidad emocional está bastante bien, amo tocar, pero también amo todos los aspectos de mi vida.

La música, si es que se puede llamar así a los ruidos que salían de nuestros corazones, es una herramienta muy fuerte para botar energías negativas, pero para llenarte de energías positivas tienes que cambiar desde raíz. Hay que hacer un click a nivel emocional en ésta búsqueda imparable del equilibrio que se llama vida.

Luego de terminar el 2do disco sin poder promocionarlo debido a que la banda en sí ya no está junta puedo decir que lo que hicimos fue de todo corazón un regalo que nos hicimos tal vez a nosotros mismos, para entendernos, conocernos y aceptarnos en esta crisis existencial de los 30 o de los inicios de ésta edad, pues 2 de los 5 rars tenían menos jajaja.

Creo que la vida es una experiencia entretenida y el destino es sabio al mostrarnos con su claridad y movimiento muchos aprendizajes. Muchas veces es difícil inclusive el aceptar las cosas como son. Uno pelea y pelea aún cuando al final ese algo no se da con naturalidad... Muchas veces es un círculo vicioso del cual, cual caballo de carreras, no podemos salir ni aceptar que hay otras rutas fuera del camino en el que vamos.

Nutrir la vida con esa pizca de locura focalizada en una meta difícil de lograr es algo muchas veces muy duro, pero te da coraje para enfrentar desafíos más alcanzables. Veamos lo que depara el destino y las energías cuando dejamos que el hilo del volantín se corta y comienzas a fluir deslizándote por los aires, entendiendo que no controlas nada y que con suerte puedes aprovechar los vientos que te guían hacia donde quieres. También hay belleza en las tormentas eléctricas para aquel volantín.